Llegar a Cartagena de Indias fue digno de contar... 22 horas de autobús así lo quisieron. Y como la espera fue tanta, lo disfruté muchísimo por lo que habrá varios posts que contar...

He de decir que al principio cuesta, pero que en el fondo se le acaba cogiendo cariño a estos largos/infumables viajes en autobús. Uno comienza a agudizar el ingenio y empieza a adoptar posturitas de lo más curiosas y cuando se cansa: salva el mundo.

Y películas, y canciones... y sobre todo... ¡DORMIR! Dormir fue para mí la opción más viable sobre todo ya que al ocupar el asiento número 1 del autobús (mi preferidísimo por ser el más ancho y cómodo) tienes visibilidad completa y total hacia la carretera y al conductor y... ¡uf! Creo que vi mi vida pasar por delante de mis ojos unas cuantas veces. La carretera estaba completamente en obras, quiero recordar que porque había habido unos desprendimientos por lluvias que habían causado demasiado desastre. Por ello, había que circular a ser posible con visibilidad (de día) y sin exceder el límite de velocidad (80 km/hora). En 22 horas de viaje evidentemente viajas de día... y de noche.
En Colombia, los autobuses llevan un mecanismo de control de la velocidad mediante el cual el pasajero puede denunciar en el caso de que así lo considere. Se trata de un led luminoso donde se va viendo durante todo el viaje la velocidad a la que circula el autobús. Si el conductor excede la velocidad el aparato emite un sonido bastante estridente que alarma a los pasajeros de que se está cometiendo una infracción... Por supuesto, los demás vehículos que comparten carretera con el autobús pueden también llamar a un número de la policía y facilitarles la matrícula y la marca del coche para que la policía pueda venir al lugar y multarles.

Eso no nos impidió llenarnos del esplendor de las calles cartageneras. Su centro histórico es un lugar inundado de color, fiesta, música y alegría. Estar en Cartagena es sinónimo de felicidad y el simple hecho de sentarse en sus plazas a mirar la gente pasar se convierte en un momento extremadamente especial. ¿Será esto por lo que nos encontramos ante una ciudad "Patrimonio Nacional de la UNESCO"? ¿O quizás sea por su arquitectura?
¿Qué ver en Cartagena de Indias?
- Castillo de San Felipe de Barajas: Esta maravilla, reconocida por la UNESCO como Patrimonio Nacional, fue construida por los españoles para proteger la ciudad de los piratas. Es impresionante el estado de conservación en que se encuentra y cómo se pueden recorrer sus túneles subterráneos que fueron creados para facilitar provisiones y evacuar. Llegas a sentirte dentro como si estuvieses viviendo en otra época. Además, desde arriba se obtienen unas vistas estupendas y unas panorámicas de la ciudad tan coloridas como la que muestro arriba...
- Muralla: En el centro histórico de la ciudad se alza una esplendorosa muralla que se construyó para proteger a los ciudadanos de los continuos ataques que se sufrían. Se puede decir que es una de las murallas mejor conservadas del mundo y envuelve cultura, sabor, rumba y alegría caribeña detrás de sus muros. Al otro lado... el mar.
- Puerta del Reloj: Era la puerta principal de entrada a la antigua ciudad. Y la que ahora nos abre a nosotros, desde la Plaza de la Paz, el camino a la Plaza de Los Coches para darnos todo lo que el centro amurallado tiene para ofrecernos.
Puerta del Reloj desde la Plaza de los Coches |
Plaza de la Paz |
Conforme seguimos callejeando encontramos numerosos artesanos y venta ambulante de todo tipo. Desde helados o agua pasando por arepas de distintos sabores y por supuesto, el "producto estrella" los bolsos típicos del pueblo indígena Wayúu (con el tuve el placer de estar más adelante y conocer sus curiosas tradiciones).
- Plaza de Bolívar: En muchos países de Latinoamérica hay una Plaza de Bolívar, y Cartagena no podía ser menos... Rindiendo homenaje a su Libertador, en esta plaza se alza una estatua ecuestre de Bolívar. Mucho antes de que se instalase, la plaza pasó por diversos usos: fue utilizada para realizar todos los eventos militares del momento, también utilizada por la Inquisición e incluso para llevar a cabo corridas de toros.
Además de estos lugares, tenéis muchos otros para conocer ya que en Cartagena la riqueza arquitectónica es inmensa. La Catedral, iglesias y un gran número de museos os están esperando. Y cuando terminéis no dejéis pasar la oportunidad de saborear un buen café en Juan Valdez. Eso, y comprar café colombiano para llevaros... ¡Si no lo hacéis lo echaréis de menos!
Lo más importante y lo más bonito de visitar una ciudad es no dejar de caminarla... A mí me encanta dejarme llevar un poco y ver que es lo que el destino tiene preparado para mí. Para los temerosos, aquí dentro no tenéis nada que perder, ya que al ser un lugar totalmente turístico y al estar rodeado de muralla siempre iréis a parar a los mismos sitios. Por eso, si estáis en Cartagena yo os recomiendo que os olvidéis un poco de la guía y el mapa y os dejéis llevar, charlad con la gente, sed sonrientes y sobre todo, pasadlo muy pero que muy bien.