Ha llegado el momento de contaros mi periplo en estos últimos casi 5 meses... El porqué de mis viajes, y el porqué de que sea un"culillo de mal asiento". Viajar te cambia la vida, viajar te hace madurar, te hace abrir tu mente, ampliar fronteras y eliminar todo tipo de barreras. Mientras viajas no dejas de aprender de los demás en ningún momento, de experimentar y de asumir responsabilidades. Conoces nuevas culturas, lugares inesperados donde jamás esperaste estar pero mil veces soñaste y gentes que siempre quedarán en lo más profundo de tu corazón. Vas dejando un pedacito de ti allá donde vas y cada lugar al que vas o persona que se cruza en tu camino, te regala un pedacito de sí. Por eso, viajar te cambia, te llena el alma y te hace ser mejor persona.
En 2012, he recorrido Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y pegué un pequeño salto a Chile (el suficiente para saber que tengo que volver con un billete tan solo de ida). Tengo muchas cosas que contaros...
¿Empezamos?
-COLOMBIA 2012: Hacia la Ruta del Dorado-
¿Porqué este título? Todo esto viene de mucho atrás, y no, no voy a remontarme a los conquistadores españoles que buscaron la ciudad del Dorado y no la encontraron, sino a la Ruta Quetzal.
Para los que no sepan de qué estoy hablando, la Ruta Quetzal es una expedición que se hace cuando tienes 16/17 años y donde 150 jóvenes de todo el mundo se reúnen para hacer una expedición de un mes y medio de duración por América Latina y España rememorando momentos en concreto de la historia.
Aquí comenzó todo, mis ganas de viajar, de aprender, de soñar, y de al fin y al cabo ser alguien cada día mejor. Y también desencadenante de mi viaje a Colombia...
Cada dos años, se realiza en Latinoamérica un encuentro de antiguos expedicionarios (invitados externos también son bien recibidos) donde se vive un poco ese espíritu rutero que solo los que hemos vivido "la ruta" podemos entender. Durante 20 días disfrutamos en compañía de ruteros de todas las ediciones de Ruta Quetzal (la primera fue en el año 1979) de un viaje excepcional, donde nos esperan los sitios más alucinantes con la compañía y el ambiente que alguna vez nos llevó a ser lo que somos.
Mi viaje comenzó en Madrid, un 24 de diciembre, cenando en mi piso cochambroso, sin nadie, ya que por comprar un vuelo más económico, salía el 25 por la mañana, Nochebuena en soledad. Todo eran nervios y emociones y miles de trastos que no cabían en la mochila... CRISIS. Pero todo solucionable, porque Colombia me esperaba con los brazos abiertos, con muchas ganas y muchas emociones por conocer un país tan peculiar del que solamente se escuchan barbaridades. Tenía ganas de romper el mito y de mostrarle al mundo la belleza de un lugar victimizado como es Colombia.
Después de un vuelo largo (10 horas y media) sentada al lado de un bebé llorón (y he de confesar que cagón) llegué a Bogotá, un lugar cálido durante el día y bastante frío por la noche donde muchas experiencias y sentimientos me estaban esperando. Después de un muy buen recibimiento por parte de la organización del encuentro y de besos, abrazos y reencuentros con amigos a los que hacía muchos años que no veía, tocaba descansar y recuperarse del jet lag, nos esperaban largos días y muchas cosas por vivir, había que estar al 100%...
Una ruta cómo esta nos estaba esperando...
http://maps.google.com/maps/ms?hl=es&ie=UTF8&msa=0&msid=216081533583278223523.00049b907ccc9bc56da26&ll=13.720708,-73.300781&spn=5.803677,10.755615&z=7&iwloc=00049b90cefaebd3d578a
3 comentarios:
quiero leer maaass!!
Se ha quedado corto
Por eso hay dos más... :D Y ya llegarán los siguientes...
Publicar un comentario
No seáis aburridos y dejadme un mensajito ¡que me hace muy felíz! No hace falta que estéis registrados.