lunes, 1 de octubre de 2012

Crónicas de Santo Tomé - Cap. 8 - Isla de Príncipe (Parte II) - Roças, fiestas y relaciones de pareja

Previously on Lost, digo... en Crónicas de Santo Tomé: habíamos conocido un poco los hábitos principianos, pero no os había llegado a hablar del encanto de las roças de la Isla de Príncipe, de su gente y de lugares de los más remotos que podíais imaginar.
Ha sido una verdadera pena visitar la Isla de Príncipe en ésta época. Acaba de terminar la época de gravana y la lluvia está deseando llenar el campo de flores y repoblar toda aquella zona perjudicada por el intenso calor y los incendios. Durante la gravana, que va de mayo a abril, el clima es muy seco, hace un poco menos de calor pero casi siempre el día está nublado. Es al llegar la época de lluvias cuando el sol brilla resplandeciente. Es extraño, pero el mejor momento del día es cuando para de llover ya que el cielo se queda bien azul.
A nosotras nos tocó "disfrutar" intensamente de los cielos nublados... ¡no paró de llover en toda la semana!




Para cualquier lugar esto no constituye un problema... Para Príncipe sí. Al ser un lugar tan despoblado, la mayoría de lugares salvajes, más bellos e inhóspitos eran absolutamente inaccesibles.


Vistas lluviosas de la isla de Príncipe desde el mirador de Pincate

En nuestras visitas conocimos varias Roças:

- Sundy: Me pareció un lugar fantástico. Sundy tiene personalidad y es muy acogedor. Será por su muralla, será por sus habitantes o será por su antiguo tren que, anclado en los raíles, todavía se conserva y se utiliza para apoyar útiles de aseo.

Peinados en la Roça de Sundy
Antiguo tren de la plantación de Sundy
Miles de razones nos llevaron a visitar Sundy y a quedarnos un buen rato allí. Yo, ni corta ni perezosa, me puse a jugar a la pelota con los niños y niñas, que estaban loquitos conmigo. Cuando saqué la cámara y comencé a fotografiar, todos querían ser modelos por un día, por lo que les enseñé a posar y a estar fantásticos ante las fotos... He de decir que se ponen tan violentos con el tema fotográfico que se pelearon por salir unos antes que otros y algún manotazo se escapó por ahí. Fue un momento muy divertido, aunque yo creía que iba a tener que quedarme a vivir allí puesto que no me dejaban parar de hacerles fotos. Los niños son geniales, esas miradas limpias y puras y esas sonrisas resplandecientes te enamoran y engatusan. Es muy difícil que no se salgan con la suya...

Niños modelos encontrados en Sundy

Niños luchando por ser el primero de la foto
Sonrisas resplandecientes
Volviendo a la plantación, Sundy, está maravillosamente conservada, además de tener los edificios propios de las roças (hospital, casa del gobernador, iglesia...) tiene unas caballerizas que la hacen parecer un castillo, con sus torres de piedra y todo. Sus casas están cuidadas, y dicen, que por todas estas razones, el presidente de Sao Tomé ha elegido Sundy como residencia oficial en la isla. Y para los que os gustan los datos curiosos, esta roça fue elegida por Sir Arthur Eddington en 1919 para probar la teoría de la relatividad de Einstein, una placa así lo indica...

- Belo Monte: Lo más bonito de Belo Monte, además de su arquitectura colonial es que a muy pocos metros se encuentra un mirador que tiene vistas espectaculares de uno de los mejores atractivos de Príncipe: la Playa Banana (considerada de las 20 mejores del mundo).

Playa Banana desde el mirador de Belo Monte
Visitamos otras roças más, algunas con muchísima vida también como Porto Real, donde se puede ver el gran estado de abandono que ha sufrido su hospital, de los más importantes para Portugal durante la colonización y otras más inhóspitas como Ponta do Sol. Inhóspita fue lo que a nosotras nos pareció, pero al parecer, un hotel llamado Casa do João acoge a los visitantes por un precio algo elevado, pero acorde con el resto de precios de la isla... He de confesar, que yo no lo vi por ningún sitio...

Casas muy deterioradas encontradas en las roças
Ya os he dicho que no pudimos explorar demasiado. Viajar en moto te permite acceder a muchos lugares donde no entra el coche, pero a la hora de soportar una buena tromba de agua no es el medio de transporte más indicado. Como no paró de llover ni un segundo, nos aventuramos a realizar nuestro "aquatrip" y no fue una sorpresa cuando en un momento dado la lluvia no nos dejó continuar y tuvimos que parar.

La parada fue curiosa a la par que interesante: En una casetita en mitad de algún lugar (que evidentemente, desconocíamos) aparcamos las motos y nos refugiamos. Afortunadamente, había cerveza, cosa que hizo el momento mucho más ameno. La lluvia cada vez era más intensa y nosotras nos dedicamos a intimar con la camarera y con nuestros motoristas. Después de casi 20 días en el país, te vuelves cada vez más curiosa y decides indagar en temas más escabrosos. El tema de hoy, las relaciones de pareja.

En Santo Tomé y Príncipe, como en muchos otros lugares del continente africano, el concepto del amor está un poco distorsionado... o según se vea, bien entendido. La mujer y el hombre tienen papeles claramente diferenciados. La mujer cuando se enamora de un hombre y mantiene relaciones sexuales con él es con el objetivo de que éste le de un hijo y así le demuestre su amor verdadero. El hombre da el hijo a la mujer, y éste hijo pertenece a él. Lleva los apellidos del padre, y aunque la madre sea la que exclusivamente lo cuida y mantiene, no puede disponer de él cuando quiera. Por ejemplo, no puede sacarlo del país sin el consentimiento paterno. Mientras tanto, el padre tiene varias mujeres (o enamoradas, como allí dicen) y a cada una de ellas las premia con un hijo, signo de su amor "eterno e incondicional". ¿Matrimonio? Lo normal es que una pareja se case a los 40-50 años, cuando ya se consideran viejos y los hombres se sienten preparados para ser de una sola mujer.

En nuestra conversación con la camarera (una chica de unos 20 años que tenía su hijo de 2 amarrado a la espalda) y los dos motocarros, intentábamos hacerles ver la importancia de cuidar a un hijo en pareja, de quererse o incluso de no tenerlos siendo demasiado jóvenes... Batalla perdida. Cansadas de recibir comentarios compasivos cada vez que decíamos que no teníamos hijos intentamos hacerles ver una nueva realidad. Hacían caso omiso. Les hablamos del uso del preservativo, y nos decían que todos los usaban (no se entonces de donde salen tantos hijos, ni porque hay tanto sida) y de conceptos de fidelidad y de respeto. En conclusión: las mujeres consienten, y el hombre aprovecha...

Relaciones
Es muy triste, pero no podemos cambiar una cultura de la noche a la mañana, ¿quién dicta si nosotros hacemos lo correcto o realmente son ellos los que actúan de la manera más lógica?

En definitiva, a mí me parte el alma ver según qué cosas. En nuestra casa, con KB, viven unas cuantas niñas que el ha acogido porque no tienen donde ir. Ellas le hacen las tareas del hogar y a cambio tienen todo lo que necesitan. Entre ellas hay una chica que tuvo su hijo con 13 años (ahora el niño tiene aproximadamente uno) y que fue abandonada por sus padres al tenerlo sin padre reconocido. Ella sabe quién es el padre, pero no quiere nada de él, aunque sigue manteniendo relación con sus amigos y sus amigas las siguen manteniendo con él. Es fuerte preguntar algo y ver cómo se toman las cosas con una frialdad impresionante, cómo no les importa en absoluto que el padre no se preocupe del hijo ni le de dinero ni nada, y cómo tampoco les importa que ese hombre tenga relaciones sexuales con sus amigas. Les contaba que en España cuando un hombre mayor de 18 años mantiene relaciones sexuales con una menor de 18 puede ir a la cárcel, ellas no entendían el porqué. Lo que es realmente inexplicable es que existan ese tipo de hombres, y cómo en este caso, que con 30 años deje embarazada a una niña de 13. Para mí no tiene perdón alguno.

Después de un largo día, volvimos a Santo Antonio. En Santo Antonio además de ir a la iglesia y contemplar posesiones satánicas, también hicimos más cosas. Como intentar por segunda vez ir a una discoteca.
Si las discotecas de Santo Tomé son de lo más apetecibles, la discoteca de Santo Antonio (1500 habitantes)  lo iba a ser mucho más. Los lugareños llevaban dos días hablándonos de la discoteca, y cómo habíamos prometido ir, aunque no teníamos muchas ganas, lo intentamos. Cómo diría KB, por vivir la experiencia.
Lloviendo sin parar nos acercamos hacia la discoteca, que estaba al otro lado del río. Al cruzar el puente la música alta nos iba dando pistas de por donde andaba tan afamado lugar. Y cuando nos íbamos acercando ocurrió lo esperable... Manadas y manadas de hombres deseosos de amor verdadero nos gritaban: "españooolaaaa, calieeenteee", "bunita, bunita", y demás piropos en portugués que preferí obviar en ese mismo instante. Aún así, seguimos adelante. Al llegar a la puerta un señor poco amable nos dijo: ¡son 20.000 dobras! A lo que Inés y yo nos miramos, nos dimos la vuelta y para casa.

En definitiva, entre que no somos muy discotequeras nosotras, y que el ambiente de música típica kizomba y tarraxinha no era el más adecuado cuando todos los hombres te piropean al entrar, la mejor decisión que pudimos tomar fue la de irnos a la cama...

Además de éste tuvimos otro intento de fiesta lugareña. Nos invitaron a una fiesta de cumpleaños en una playa cercana, en Playa Abade. A semejantes eventos suele asistir muchísima gente ya que cómo nos han dicho numerosas veces: en Santo Tomé y Príncipe (STP) "Somos Todos Primos".

Fiesta en Playa Abade
Al llegar, a pesar del mal tiempo, la fiesta estaba muy ambientada. Niños y adultos se bañaban en la playa, algunos hasta desnudos. Otros rodeaban el fuego en el que ya no quedaban ni restos de haber cocinado. Un Dj amenizaba con ritmos variados la pista de baile. Además de ver parejas bailando kizomba, también los hombres bailaban kuduro, que vuelvo a repetir, me encanta. Cuando nosotras llegamos la gente ya iba bastante pasada con la bebida y he de decir que llegué a agobiarme un poquito, debido al acoso y derribo que tenían los hombres en semejante estado de embriaguez hacia nosotras, las blancas... A sus "enamoradas" les da exactamente igual. Acabamos desertando pronto.

Pareja bailando kizomba
Y este es un resumen de nuestros días por Príncipe... La vuelta fue tranquila, con el cielo muy encapotado pensábamos que el vuelo no iba a partir, pero llegamos sin complicaciones. Nos quedaban un par de días más por Santo Tomé, y yo ya tenía ganas de regresar a España...

1 comentario:

Fernando dijo...

Preciosas las fotos y el relato ... dan ganas de coger un vuelo para allá ahora mismo, Ana :)

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