martes, 28 de mayo de 2013

Colombia 2012: El Cabo de la Vela, uno de los lugares más septentrionales de Latinoamérica



El Cabo de la Vela está situado cerca del pueblo de Uribia (considerado capital indígena de Colombia) y se trata de un lugar inmensamente remoto donde todo es tranquilidad, sol, playas con arenas color miel y puro desierto. 

En nuestra visita llegamos a este lugar y disfrutamos de un caluroso día de playa que ya nos estábamos mereciendo.




Partimos desde Uribia, dónde estuvimos pasando un par de noches. Seguíamos algo desesperados por la necesidad de ducha y por la necesidad de no tener más diarrea, estos dos problemas estaban acabando con nosotros, aunque no perdíamos los ánimos ni las ganas de disfrutar lo poquito que nos quedaba de encuentro. 

El Cabo de La Vela - Foto de Mark Posey
En este lugar si había duchas, pero solamente se abrían muy poquito tiempo y debíamos ducharnos los 150 expedicionarios... Por lo cual entre varios decidimos hacer una buena ruta turística por el pueblo hasta encontrar un pequeño hostal donde alquilamos una habitación entre cuatro o cinco personas para poder ducharnos tranquilos. Tranquilos significaba, por supuesto, con un bidón de agua y una jarra otra vez, ya que el grifo y la ducha que tenía la habitación estaban un poco... de adorno. 

Pero el caso es que pudimos satisfacer nuestra necesidad de al menos ducharnos solos, a puerta cerrada y ¡en pelotas! 


Motos de la Policia de la Guajira - Cabo de la Vela  Foto de Beñat Olascoaga
Y preparados para todo, a la mañana siguiente partimos hacia algo que podríamos incluso denominar "el culo del mundo", tanto, que los indígenas Wayúu que habitan la zona lo consideran el punto donde las almas de sus difuntos acuden para cruzar al otro mundo. Se trata del "Pilón de Azúcar". Y llegamos por la puerta grande:


Desde Uribia había unos 40 minutos a pie hasta el Cabo de la Vela (que hicimos en autobús) y después debíamos caminar un ratito más. Hacía un calor bastante ardiente y embadurnada en crema del sol me disponía a comenzar mi camino. De repente, ante mis ojos sudorosos, apareció la policía de Colombia (que nos estaba acompañando en el camino) y sentí un deseo irrefrenable de que me llevasen en su coche... Corrí hacia ellos y efectivamente, ¡nos llevaron! eso sí, no salían de su asombro... Sensación genial, pelo al viento y canciones varias atravesando el enorme desierto habitado de cactus hasta divisar el Pilón de Azúcar y su playa vecina.


Pilón de Azúcar - Foto de Mark Posey

El Pilón de Azúcar puede considerarse uno de los paisajes más bonitos de toda Colombia, quizás sea por esa sensación de que el viento golpea agitadamente tu pelo, o por sentir el olor a mar mientras estás visualizando kilómetros de aguas cristalinas... o quizás sea por imaginar que quizás allí sea el lugar donde termina el mar... En definitiva, algo hace a este lugar un paraje especial donde sentarse, respirar y lo más importante, disfrutar. Antiguamente se decía que al estar todo cubierta de arena, de lejos parecía realmente una montaña hecha de azúcar y de ahí que adoptara este nombre tan peculiar. Para llegar a la cima hay que caminar unos 15 minutos hasta llegar a la imágen de la Virgen de Fátima que corona el Pilón.
Virgen de Fátima en la cima del Pilón de Azúcar - Foto de Mark Posey
En esta web podéis ver una panorámica de 360º del lugar, no tiene desperdicio...

Con esto, se nos acababa el caribe, se nos acababa el sol, se nos acababa la burbuja rutera... Volvíamos a Bogotá para después de varias semanas de encuentro y de sensaciones despedirnos de toda esa gente con la que habíamos compartido esta bonita aventura...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

No seáis aburridos y dejadme un mensajito ¡que me hace muy felíz! No hace falta que estéis registrados.