domingo, 16 de septiembre de 2012

Crónicas de Santo Tomé - Cap. 6 - Isla de Príncipe (Parte I)

Madrugadoras, nos disponíamos a coger el vuelo a la otra isla del archipiélago, Príncipe.

Aún no os he contado el trabajo que nos costó conseguir los vuelos. Estando en España yo compré los dos billetes por internet en la página de Stp Airways, pero la web no me permitió pagarlos, habiendo intentado con varias tarjetas. Me decía que mi reserva estaba efectuada y que pasase por mi oficina más próxima para realizar el pago. Mi oficina más próxima estaba en Lisboa (dónde entre avión y avión no tuve tiempo de parar) y Santo Tomé. El primer día, antes de nada, me dirigí a la oficina de la aerolínea a finalizar el proceso. Cuando llegué, dos señoritas me informaban de que tenía que pagar 30 euros más por mi vuelo. ¿El motivo? Muy fácil para ellas, algo incomprensible para mí. 




La web permite pagos con tarjeta sólo desde desde Lisboa, no desde España ni desde Santo Tomé. No encuentro la parte lógica a tal "invención" ya que España no es Portugal, ni Santo Tomé tampoco... Estás invitado/obligado a comprarlo en la ciudad desde la aerolínea y allí te cobran unas cuantas de tasas que engordan el vuelo sustancialmente y que cuando piensas en dobras no te hace demasiada gracia.

El vuelo a Príncipe se realiza en una pequeña avioneta (de unos 20 pasajeros) en la que no cabe ni un alma. Las indicaciones sobre qué hacer en caso de emergencia se muestran a pie de pista, antes de subir al avión.
El viaje fue menos movido de lo que me esperaba, y las vistas son fantásticas. Es realmente impresionante despedir la costa saotomense y gozar del aterrizaje en Príncipe, un paraíso en mitad del mar, dónde el verde es mucho más verde y los caminos de un precioso rojo anaranjado.

Avioneta de Santo Tomé a Príncipe
Al llegar no tuvimos tanta suerte cómo en Santo Tomé. Teníamos varios contactos para dormir en la isla, pero ninguno nos acogió gratuita o muy económicamente. Ésta isla no tiene casi turismo, pero sí mucha gente haciendo negocios. No se si ésta será la causa o la consecuencia de unos tan elevados precios: una noche de hotel cuesta mínimo 25 euros; la gasolina también es cara y no hay transporte público, por lo que si no tienes coche o moto, estás vendido. Un motocarro te cuesta unos 2 euros (50.000 dobras) por viaje, aunque es probable que se aplique el precio turista y te cobren lo que les parezca en función de la cara de pardillo que tengas.
Nosotras conseguimos hacer negociaciones con un hotel y ahí nos quedamos por un poco menos de precio. Ésta es la parte más dura del viaje: toca rascarse el bolsillo, que son 5 días... después ya vendrán "recortes".


Pero sigamos con los precios. Los supermercados, pequeños comercios o mercados venden las cosas más caras que en Santo Tomé. La razón es que todos los productos son exportados de Santo Tomé ya que a lo largo de sus estimados 20 km. de largo, por 10 de ancho, no existe ninguna fábrica que los produzca. En Santo Tomé muchos de los productos que se venden, por ejemplo la ropa, son donaciones y el mercado de segunda mano es una gran fuente de ingresos para el país.
Caso aparte son los hoteles, dónde comer o beber se encarece. Afortunadamente siempre están los pequeños quioscos callejeros, dónde por 25.000 dobras (un euro) comes un pulpo riquísimo o el ya clásico pescado con arroz y banana frita.
Vuelvo a repetir que aquí hambre no pasan, no es un lugar que proyecte miseria ni abandono. Cerdos, pollos y gallos campan a sus anchas y frutas, hortalizas y verduras crecen en cualquier esquina... Así da gusto vivir...

Lo que está claro es que pocos sitios cómo éste existen en el mundo. Todo el día se da un festival de sonrisas y su ritmo supera el leve-leve saotomense: los principianos (a los que yo prefiero llamar principitos y principesas) son móli-móli que viene a ser lo mismo, pero mucho más lento. Además, Príncipe acaba de ser nombrado Patrimonio Nacional de la Biosfera... ¡Imaginaos si no es un sitio fantástico tanto para trabajar cómo para venir de vacaciones!

Hecha ésta introducción ya puedo pasar a contaros mis días por aquí, un poco aguados por la lluvia.

Santo Antonio, capital de Príncipe
La primera toma de contacto con Santo Antonio, capital del país nos transportó a un paraiso colonial. Un lugar en el que viven solamente 1200 habitantes, de los 5000 que habitan la isla y en el que no se oyen ruidos que no sean ritmos contagiosos y bailables. Al buscar mapas de la isla, no encontramos nada que nos orientase un poco en el lugar, por lo que, en vista de las dimensiones de la isla, decidimos explorar...
La primera exploración fue un poco mal, ya que fuimos en busca de una playa y caminamos en la dirección equivocada. Pero cómo no hay mal que por bien no venga, conocimos muy bien "el pueblo". A mí me gusta llamarlo pueblo, porque así lo considero, aunque la realidad es que Santo Antonio es de las ciudades más pequeñas del mundo.

Aquí me encontré con la sede de los scouts de Príncipe, que estaba cerrada, pero que dentro tenía muchos libros de metodología, pañoletas y estas cosas ya sabéis que me hacen ilusión...

Sede Dos Escuteiros do Príncipe - Sede de los Scouts de Príncipe
Móli-móli fuimos haciendo amistades, y gracias a ello cenamos. Digo gracias a ello porque cenar aquí es una aventura sin fin. Para poder ir a algún establecimiento a cenar tienes que reservar con antelación para que te hagan la comida, si no lo haces no tienen nada para servirte. La cultura no es de conservación de los alimentos, sino de consumirlos al día, por lo que si no hay nada, no hay nada. Una de las razones, bastante importante, por cierto, es que no tienen energia las 24 horas del dia, de 12 de la noche a 8 de la manana no hay luz y cortan tambien de 3 de la tarde a 5. Además no tienen una carta de platos, así que cuando ordenas algo y preguntas qué tienen para ofrecerte tienes que conformarte con lo que haya. Afortunado tú si te ofrecen dos platos, de carne o de pescado, casi siempre con banana frita.
No hacen demasiado esfuerzo en satisfacerte. Si te gusta bien, y sino intenta encontrar otro sitio.

Si preguntas en Príncipe por los mejores rincones de la isla las propuestas son infinitas, unos nombran unas playas, otros mencionan rocas, en fin, alternativas varias... Nuestra primera parada fue en Playa Banana, una playa típica de postal, de la que cuentan que fue escenario de un importante anuncio de Bacardi. La playa es digna candidata para ello, pero yo empiezo a pensar que es una leyenda urbana. Si analizáis los anuncios de Bacardi, podéis ver que son todo planos cortos en los que aparecen guapos y guapas alternados con otros planos cortos de la botella. Es decir, podría rodarse en Matalascañas y parecer una playa desierta y paradisiaca. Además, por más que leo información sobre la playa en la que hablan de dicho acontecimiento, la información nunca está contrastada con el video. Continuaré mi búsqueda cuándo vuelva a España, a ver qué encuentro.

Playa Banana
Playa Banana es el lugar dónde todos hemos imaginado alguna vez estar. Un lugar vacío, dónde las palmeras tienen una inclinación tal que puedes alcanzar las hojas con tus dedos. Olas leves dentro del agua pero fuertes en la orilla. Bancos de peces fácilmente visibles y aguas de color turquesa dónde lo único que ves son tus pies. Un paraíso para los sentidos. Buenos motivos para ser la más famosa de la isla.

Teníamos hambre y los cocos y almendras no nos satisfacían. Cómo ya estamos integradas en la cultura, decidimos pescar. Busqué un palo que pudiese funcionar cómo arpón (era muy casero, que no teníamos cuchillo) y se lo di a Inés, quién gafas, tubo y red en mano se fue a buscar la comida. Desgraciadamente el mar estaba un poco revuelto y con miedo a morir aplastadas en una roca, cesamos la búsqueda. Cómo imaginaréis, en un sitio tan remoto comida de restaurante pues... no hay. Al otro lado de la costa, a aproximadamente un kilómetro, vimos unas casitas. Nos dirigimos hacia allí con el objetivo de encontrar alguien que nos preparase algo de comer... En la primera casa que preguntamos nos dieron una olla con arroz que les había sobrado de la comida y hasta nos trajeron un pez. Es increíble cómo en éste país toda la gente es siempre amable contigo y se vuelca para que estés lo mejor posible en su tierra.

Playa Banana desde mirador

En los dias sucesivos hemos tenido muy mala suerte en lo que a visitas se refiere. Aquí no es nada fácil transportarse como ya os he comentado, y menos cuando llueve, que todos los caminos se llenan de barro y algunos se tornan inaccesibles. Aun así hemos visitado roças como Sundy o Belo Monte y miradores donde se tienen unas vistas de la isla que te hacen sentir en el cielo. En la parte II del capítulo de Príncipe os detallaré un poco más. Entre ambos, no puedo dejar pasar un nuevo capítulo sobre la iglesia, dónde presenciamos algo demasiado fuerte para explicar en tan sólo unas líneas. Me he tomado mis días y creo que mi mente ya se ha despejado para poder hablar de cómo participé activamente en un exorcismo quíntuple.

Pero esto será en el próximo...

Un saludo,

...muchos besos y sonrisas...

1 comentario:

Marta dijo...

Hola!!!acabo de encontrar tu blog y solo quería pasar y decirte que me gusta un monton!

Acabo de venir de sao tome y principe hace un mes y me enamore de ese pais y de sus gentes! no se si siguespor ahí pero disfrutaloooo más que luego tendrás una saudade comola que tengo yo ahora!

saludos!! marta

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