viernes, 14 de septiembre de 2012

Crónicas de Santo Tomé - Cap.5 - Los zapatos son el progreso

Los siguientes días por Santo Tomé han sido bastante tranquilos. Y no es para menos siendo éste el país más pequeño de África después de las Seychelles. Disfrutamos del mejor chocolate del mundo en la fábrica de chocolate de Claudio Corallo, de una galería de arte fascinante y de bares con encanto y también del Jardín Botánico del país, de extraordinaria belleza.




El lunes descubrimos "Cacau", una galería de arte en la que además de ver una interesante muestra de obras de artistas de la zona y de tiendas preciosas, había WiFi. Mi móvil debe estar maldito porque soy incapaz de conectar a la mayoría de redes que encuentro. Quiero pensar que en Santo Tomé, cómo acaban de poner el 3G, puede funcionar un poco a golpes...

Artesanía saotomente en "Cacau" - Mujer trabajadora africana
Cacau tiene un ambientazo, transmite mucha energía y tiene un bar con mucho encanto. Además, los miércoles hacen jam sessions en las que todo el que quiera puede mostrar su talento.

También estuvimos en la fábrica de chocolate de Claudio Corallo. Allí nos ofrecieron una degustación chocolatera digna de los mejores paladares, y gratuita. Cómo bien repite Claudio durante la experimentación de sabores, él no es pastelero sino ingeniero agrónomo. Un italiano apasionado del café y del cacao instalado en el mejor sitio para experimentar. De ahí sólo podía salir algo bueno: su chocolatería.

Claudio Corallo ofreciendo su degustación de chocolates
En la visita, el mismo Claudio te explica cómo ha creado cada uno de sus chocolates, desde el más puro (con 100% de cacao) hasta variantes originales cómo chocolate de aguardiente, de gengibre o de sal y pimienta. Fue una tarde completita, y además ¡merendamos! Para completar el día, y cómo es tradición, unas cervecitas y algo de cenar.

Claudio Corallo haciendo su degustación
Chocolates  de café saotomense
Chocolates de cacao, de café, de gengibre, naranja e incluso de sal y pimienta  se pueden degustar en la fábrica de Claudio Corallo.
Aquí las cervezas más bebidas son portuguesas: las conocidísimas Sagres y Superbock. También producen cerveza local, pero para mi gusto es un poco floja, además no la etiquetan, por lo que nunca sabes qué te estás tomando. Algunas marcas nacionales son Criolla o Rosema.

La noche la pasamos en Ó Pico Mocambo, un bar algo escondido con muy buen ambiente. Lo lleva un francés, por lo que está siempre lleno de blancos y de negros bohemios o con ganas de conocer blancos. La pena es que cierran a las 12, y cuando más motivado estás, te tienes qué ir...

De vuelta a la actividad, el martes, quedamos con unos chicos para ir en moto a ver una parte de la isla. Los caminos son muy complicados, por lo qué todo el mundo tiene un jeep, una moto o vehículo similar. Las motos eran un poco ruinosas y yo fui todo el camino convencida de que el chico me iba a tirar. Afortunadamente acabó todo bien. Dos sustitos en el camino y la tensión acumulada, provocaron que todavía a día de hoy (3 días después) siga teniendo agujetas de los baches y movimientos involuntarios.

Nuestro guía del Jardín Botánico nos ofrece una frambuesa
Visitamos el Jardín Botánico de Bom Sucesso, en el Parque Nacional Obó. El jardín botánico está a 1115 m. de altura y tiene unas 400 plantas típicas y 140 orquídeas diferentes. Es una pena que ésta no sea época de flores (la época es invierno), porque en ese caso abanicos de colores de todas las especies endémicas del país nos hubiesen dejado fascinadas. En cualquier caso, árboles de toda clase inundaban el jardín, muchas plantas medicinales y curativas, como la canela, para los dolores de estómago o incluso la que denominan "viagra del bosque" (pau três o tercera pierna) se rodeaban de blancas e inquietas mariposas.

Terminamos comiendo bananas y utilizando aloe vera para aliviar los picotazos de mosquito que habíamos sufrido en el jardín, gracias a nuestro guía Francisco. Me encantó saber que se puede pasar la noche allí y avistar los  pájaros que vuelan bajo por el jardín. De las 120 especies que sobrevuelan los cielos del archipiélago, 28 son endémicas y muchas fácilmente divisables desde cualquier rincón de las islas.

Teníamos idea de hacer una buena caminata a Lagoa Amélia, un cráter de volcán en un lago, algo bastante curioso, pero en el Jardín Botánico nos dijeron que no podíamos ir sin guía (eso sí, por cada guía te cobran una pasta). No sólo prescindimos del guía (no es nuestro estilo), sino que además no fuimos... Comimos en un bar pequeño en un pueblito en la carretera y a casa.

Flor de Pico de Papagaio
Pero no podíamos completar el día sin vivir la noche africana. Y haciendo honor a su nombre nos fuimos a una de las discotecas más frecuentadas por los saotomenses: "Africana". En la entrada, un antro de dos pisos con tubos fluorescences blancos vaticinaba "tragedia". La entrada, 30.000 dobras (poco más de un euro) y cómo en los buenos sitios de mujeres objeto, las chicas no pagaban. El ambiente no es que me motivase mucho, pero tenía que probar... Pero cuál fue mi sorpresa cuando llego al segundo piso y un tío sin mirarme ni a la cara y con aire despectivo y altivo me dice que no puedo entrar con chanclas... ¿Cómo? Imaginaos mi cara de patética. Preguntamos varias veces y no cambiaban de opinión así que ni corta ni perezosa les dije: "no os preocupéis, que soy periodista y esto en España se va a saber". Me di la vuelta y me fui. Al segundo tenía a media discoteca pendiente de mí... y por supuesto me dijeron que ya sí me dejaban pasar... ¿Qué hice? Pues obvio, me fuí. Ahí les dejé y me fui a tomar unas copas a un sitio mucho mejor, más estiloso e "in": un puesto de perritos calientes con imágenes pixeladas de "El bueno, el feo y el malo"... ¡Eso es mucho más yo! Por cierto, ya lo sabéis, los zapatos son el progreso...

El miércoles no hicimos demasiado... Algunas compras, nos volvimos a comer otro centollo y repetimos misa (aunque ésta vez nos confundimos de día y no había liberaciones, qué es cómo llaman al día en que sacan el demonio de la gente). Total: un día light.

Acabamos el día recargando pilas con un concierto en Cacau para al día siguiente partir hacia la otra isla. A partir de ahora, una semana por Príncipe.

2 comentarios:

mariloli dijo...

un buen zapato dice mucho de quien lo lleva puesto.......por cierto te compraste otras chanclas :se te rompieron en la selva

pinchudita dijo...

sigo con las mismas, ya las abandonaré a la vuelta

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